Quesos curados: menos lactosa, más digestivos

Tengo un amigo al que no le gusta el queso, y eso para mí es algo casi tan falto de sentido como la gente a la que no le gusta el chocolate. Me pareció muy injusto cuando se me diagnosticó intolerancia a la lactosa y el médico me dijo que los evitara a toda costa, pero por suerte descubrí que sí hay quesos que un intolerante a la lactosa puede disfrutar.

Índice de Contenido
  1. Quesos con menos lactosa y más digestivos: factores a tener en cuenta
  2. Quesos recomendados para intolerantes a la lactosa
    1. Gruyère
    2. Cheddar
    3. Mozzarella
    4. Idiazábal
    5. Parmigiano-Reggiano
    6. Tête de Moine
    7. Camembert
    8. Queso manchego curado
    9. Queso quark y otros quesos frescos batidos
    10. Comté
    11. Quesos de cabra

Quesos con menos lactosa y más digestivos: factores a tener en cuenta

Ya hemos identificado el queso-queso pero, ¿todos sientan igual a un intolerante a la lactosa? Ya habréis experimentado que no. Estos son los factores generales a tener en cuenta:

  • Los quesos más grasos tendrán menos lactosa.
  • Cuanto más maduro sea el queso, menor será la cantidad de lactosa, llegando incluso prácticamente a desaparecer.
  • Consecuentemente, un queso con menos azúcares en su contenido nutricional, tendrá menos lactosa.
  • Los quesos elaborados con leche de cabra suelen ser más digestivos.
  • Los quesos frescos que incorporan fermentos lácticos también son de más fácil digestión.
  • El queso nos sentará mejor si lo acompañamos de otros alimentos, y en pequeñas dosis.

Quesos recomendados para intolerantes a la lactosa

Gruyère

Uno de los quesos más famosos de Suiza, el auténtico Gruyère siempre va acompañado de las siglas AOP y el sello de reconocimiento de denominación de origen. Durante su elaboración la lactosa se metaboliza por completo en ácido láctico por las bacterias lácticas, por lo que no contiene lactosa. Normalmente se indica incluso en la etiqueta, marcando 0 g de lactosa en su información nutricional.

Cheddar

El Cheddar es un queso de pasta dura elaborado con leche de vaca mediante un proceso particular llamado cheddaring. Los cheddar son quesos curados, con una maduración que puede ir de varios meses hasta incluso años. El contenido final de lactosa es insignificante o nulo.

Mozzarella

La auténtica Mozzarella di Bufala Campana, hecha con leche de búfala y elaborada de manera tradicional, tiene poca lactosa y es bien tolerada por los intolerantes a la lactosa. Se recomienda leer las etiquetas y asegurarse de que se trata de la auténtica mozzarella para evitar problemas.

Idiazábal

El queso Idiazábal con DO es uno de los más apreciados de la gastronomía española. Es un queso duro, graso y de sabor y aromas intensos. Por sus características, tiene muy poca o nula lactosa, lo que lo hace muy fácil de digerir.

Parmigiano-Reggiano

El Parmigiano-Reggiano, conocido como parmesano, es otro queso que los intolerantes a la lactosa pueden disfrutar. Durante su proceso de maduración, la cantidad de lactosa final es inferior a 1 mg por 100 g de queso, por lo que no representa un problema para los intolerantes.

Tête de Moine

El Tête de Moine es un queso suizo semiduro elaborado con leche cruda de vaca alpina. Durante su proceso de elaboración, casi toda la lactosa se separa con el suero, y la cantidad que permanece en el queso se descompone prácticamente por completo durante la maduración.

Camembert

El Camembert es un queso francés reconocido por su forma de disco, la corteza blanda enmohecida y el interior cremoso y untuoso. Es muy graso y tiene una maduración de un mínimo de dos meses, por lo que puede ser bien tolerado por los intolerantes a la lactosa.

Queso manchego curado

El queso manchego es un queso graso y duro de forma cilíndrica, elaborado con leche de oveja de la raza manchega. Tiene una maduración mínima de 30 días y máxima de unos dos años. Cuanto más maduro sea, más adecuado será para los intolerantes a la lactosa.

Queso quark y otros quesos frescos batidos

Los quesos batidos, como el queso quark, son cremosos, bajos en grasa y con alto porcentaje de proteínas. Se elaboran con fermentos lácticos, lo que los convierte en alimentos muy digestivos. Es importante verificar que no contengan ingredientes añadidos como leche en polvo, lactosa, azúcar o nata.

Comté

El queso Comté es un queso duro y graso, muy madurado. Su curación varía desde el mínimo de cuatro meses hasta más de un año en los muy añejos. Es otro queso muy a tener en cuenta para los que sufran digestiones problemáticas por culpa de la lactosa.

Quesos de cabra

Los quesos elaborados al 100% con leche de cabra suelen ser bien tolerados por los intolerantes a la lactosa. Algunas variedades cremosas de rulo o quesos frescos de cabra también pueden ser bien tolerados. Es importante elegir los que no lleven más ingredientes añadidos que los ya mencionados, con alto porcentaje de grasa y, si es posible, fermentos lácticos.

Si eres intolerante a la lactosa, puedes disfrutar de quesos curados y añejos sin preocuparte por la lactosa. Recuerda que cada persona es diferente, por lo que es importante probar y conocer tus propias tolerancias. ¡Nadie mejor que tú para saber qué te sienta bien y qué debes evitar!

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